No es hora de decir en cuales cosas estábamos en desacuerdo con el Padre Luis Quinn, cuando hacíamos programa de radio en Ocoa lo dijimos públicamente una y otra vez. El padre está en otro plano de la existencia humana. Lejos de la posibilidad de la crítica mezquina.
La obra realizada por el padre Luis, no hubiese sido posible, si no se hubiese ganado la confianza y credibilidad, no solo de amigos internacionales, principalmente del Canadá, y de los gobiernos nacionales, que en ocasiones quisieron utilizarlo, sino también y más importante, de hombres y mujeres de pueblo con vocación de servicio y de campo con necesidad de dirección.
Estoy seguro que la obra del padre hubiera sido más difícil, si en su trayecto no se topa con hombres de la talla de Mon Báez o Memen Martínez, fieles creyentes de la filosofía Quinn. O si no encuentra en su camino la capacidad y entrega de Taylor Santana. Muchos más son los actores responsables del exitoso paso por la historia Ocoeña del cura Scarboro, algunos sin embargo, hicieron amargos algunos de sus episodios para este santo.
Recuerdo a José Batista, “Tiriguillo”, ayudando al padre Luis de múltiples maneras. Mientras unos se jactaban de estar cerca del padre sin aportar más que su figura y a veces sus relaciones en altas instancias, “Tiriguillo” aportaba soluciones materiales para las aspiraciones del padre. Yo no puedo revelarlas. No tengo el derecho de hacerlo.
De igual manera otros munícipes se solidarizaban con la obra gigantesca del protector de Ocoa y sin cuidar las apariencias debemos reconocer el papel del senador Pedro Alegría, antes y durante la enfermedad del padre.
El padre Quinn fue humano y por tanto imperfecto, pero la hora de combatir esas imperfecciones ya pasó. El momento y la postrimería son para dedicarlo al culto de sus fortalezas, de su desprendimiento, de su filantropía, de su visión futurista.
Como tal es un referente que nos llena de orgullo y debemos mantenerlo para las generaciones futuras. Qué otro paradigma tiene nuestro pueblo para ejemplificar el desvelo, al que debemos aspirar de cada hijo por su pueblo? Nosotros mismos nos hemos encargado de minimizar, de manera egoísta y mediocre, a quienes han brindado lo mejor de su existencia a favor de nuestro pueblo.
Al padre Quinn no es posible reducirlo a la diatriba politiquera.
Nunca antes había escuchado a nadie, creyente o no, en la visión del padre, sacarle cuentas por los favores que le hiciera, no a él, si no al pueblo a través del cura.
Fue un error. Garrafal error. Por supuesto, no carguemos con la culpa a quien no la tiene, ni hagamos conclusiones de que es la forma de hacer política del candidato. Tal vez él tampoco esté de acuerdo. Usted qué cree?
Estoy leyendo este comentario, pero no sé de qué esta hablando el autor del mismo. Si es que alguien ha tratado de coger al padre Luis en su boca para cualquier cosa que no se para pedir su bendición aun después de muerto, sería prudente que se abstenga de emitir opiniones contrarias a ese santo, so pena de verse colmado del desprecio de una comunidad tan agradecida como la de nuestro querido Ocoa.
ResponderBorrarTampoco sé qué es lo que ha pasado, por lo que me gustaría que alguien me dijera el motivo del comentario que acabo de leer. Soy Osvaldo Tejeda, criado practicamente al lado de Luis y Director del coro de la iglesia, durante muchisimos años, desde mediados de los sesentas, hasta finales de los setentas.
Perdonen pero, es que ahora es que estoy leyendo por primera vez este sitio, porque tanto éste blog como el mio (El Chacharero de Henry Osvaldo)es honrado como que son seguidos por Asdrovel Tejeda, mi primo.