COMO SE NOS ACABAN LOS PARADIGMAS. COMO NOS AVERGUENZAN NUESTROS MAYORES. HABREMOS DE CREER EN LOS QUE AUN NO HAN VENIDO?

Por considerarlo sin desperdicios, reproducimos este articulo de Victor Martinez en su blog, elgranocoa.blogspot.com.

En algun momento y de manera simbolica, le haremos un juicio publico a quienes retuercen la verdad con fines espureos, en contra de los intereses de nuestra comunidad. Cuanta inmundicia disfrazada de honra.


sábado 27 de marzo de 2010
EL PRODIGIOSO NIÑO PRODIGIO
El niño nació vivo y viable; desde sus inicios dió muestras de poseer dones sobrenaturales. A veces desaparecía a la vista de todos y reaparecía en cualquier lugar de la isla, siempre sano y salvo, pues la providencia le asignó hadas madrinas vestidas con traje de camuflage en abundante proporción.
Dicen que una cigueña celosa lo raptó a los pocos meses de nacido, creciendo al cuidado de los gnomos que sólo se dejan ver de los mortales la medianoche de los años bisiestos, exactamente cuando en un momento de cualquier veintinueve de febrero se reunen los segundos que completan el día de la ñapa.
Nadie, ningún condiscípulo, ni conserjes ni maestros, se percató de que siempre, siempre, durante cinco años con sus noches y sus días, sonriente y sonrosado, ocupaba un lugar privilegiado en el aula de clases, un lugar tan privilegiado que no era posible distinguir con los ojos de la cara, pues había sido pintado con colores invisibles.
Su voz no se oyó nunca, pero al pasar pasar lista, su hada esperanza sabía que estaba allí y consignaba su presencia, pues la clarividente maestra vivía con la intuición de que ese niño invisible algún día necesitaría un testimonio idóneo para vivir su pasado.
El niño llegó desde el 2010 al año 1970; contaba ya 46 años cuando decidió regresar al pasado y consumir cinco años en un ayer que alguna vez soño; revivió su nostalgica reminiscencia, hurgando en su pasado para encontrar sus raíces y conoció a sus antiguos profesores, a los que inexplicablemente no pudo reconocer cuando era el niño invisible, pues en esa época, a causa de un golpe de suerte, sufrió un amnesia repentina, que le dejó un vació existencial y recuerdos indelebles de un tiempo que no existió, pues ya estaban ocupados por otra realidad, una realidad llena por los recuerdos de su tierna madre y las amorosas educadoras que alimentaron sus primeras inquietudes.
El niño Carlitos, como fue bautizado, travieso como todos los niños, sigue haciendo travesuras, influenciado por el veneno de La Razón de la Fuerza. Se ha hecho expedir una certificación oficial para reinvindicar su derecho a la ocoeñidad, un intangible poderoso al que recurren los desarraigados cuando adquieren fortuna y le hace falta poder político.
El niño prodigio nació en el 1964, en la antigua y heráldica Santo Domingo de Guzmán; en el 1970 se las ingenió para ingresar y asistir simultánemante a dos escuelas primarias, en la misma tanda y a la misma hora.
Cada mañana su madre lo acicalaba para mandarlo al colegio, bien desayunado y pulcro, como buen hijo de guardia viejo. El niño acudía físicamente a la escuela en la ciudad capital y, desdoblándose, hecho espíritu, asistía al primer curso bajo el cuidado de su hada esperanza, que estaba encargada del tercero y el quinto, pero que, misteriosamente, intuitivamente previsora, le daba cabida al pequeño espíritu, al que no podía ver, ni toca ni oir, pero de cuya presencia en el aula a su cargo estaba bien pero bien segura.
Sin que ningún otro profesor se diera cuenta de su existencia, el niño espíritu permanecío cinco años asistiendo subrepticiamente puntual y religiosamente oculto a la escuela primara L. O. P., mientras que el niño carne asistía a otra primaria en la ciudad capital.
Aunque resulte extraño la presencia del niño carne pasó desapercibida, mientras que el niño espíritu, aunque tardíamente, se hizo constar cuarenta años más tarde y, lo que resulta más extraño es que sólo su hada esperanza recordara el pasado, pues en el recuerdo colectivo de los veinte profesores que integraban el claustro de la L.O.P., no aparecía el más leve vestigio del niño espíritu.
De esos veinte profesores, se marcharon al mundo del olvido Rosa Espinal (Ocha), Angel Emilio Casado (Moré), Nellys Sánchez y Daisy Rojas. ¿ Serían éstos los que junto al hada esperanza impartieron docencia al niño espíritu?
Los restantes integrantes del claustro,todos vivitos y coleando, ni siquiera conocieron al niño espíritu ni conocen al niño hecho hombre, que sigue haciendo travesuras, cada vez más graves, pues se ha dedicado a construir una biografía escolar con testimonios falsos, haciendose acreditar una certificacion para violar la Constitución de la República.
Si tanta osadía maligna propera, ¡ qué Dios agarre confesados a los que mantendremos viva la resistencia!